Con el tiempo empezas a conocer a las personas, a saber
quien te quiere como sos, o quien te quiere por lo que aparentas. Con el tiempo
te das cuenta que en la vida todo vuelve, cuando lastimas a alguien, o cuando
mentis, o cuando te mandas una buena cagada. Con el tiempo te das cuenta que
las personas en las que menos confiabas eran las que más te iban a apoyar. Con
el tiempo te das cuenta de que cuando señalas a alguien, tres dedos te están señalando
a ti (inténtalo, los tres dedos que bajas te están señalando). Con el tiempo te
das cuenta que burlándote de los demás no consigues nada. Con el tiempo te das
cuenta que atrás tuyo hay miles de personas criticándote mientras tu te crees
el centro del universo.